En primer lugar, no recomendamos que tengas tu plata en tu cuenta del banco, en una alcancía o en algo que no rente.
Hay varias estrategias para partir, como la de dividir tus ahorros en períodos (dollar-cost-averaging) o la estrategia de depositar todo apenas lo tengas disponible (lump-sum).
¿Cuál elegir? Depende, no existe algo así como la estrategia perfecta, pero en particular la estrategia dollar-cost-averaging te reduce la volatilidad, y en algunos casos súper específicos, te reduce el riesgo de cola, pero siempre sacrificando el retorno esperado.
Por ejemplo, si depositas $10.000 al mes en vez de $100.000 una sola vez en un año, disminuyes depender de la suerte de si está muy bueno o muy malo el mes, porque reparte la probabilidad de tener mala suerte en 12 casos y no dejarlo a la suerte de un solo evento (el depósito inicial). Pero los mercados suelen tener tendencia al alza, entonces en la mayoría de los casos, tendrías buena suerte (no mala).
Profundizamos más sobre las dos estrategias en este artículo.
Una vez que hiciste eso, el segundo paso es crear una cultura de ahorro personal. Todo dependerá de tus posibilidades y metas: puedes elegir invertir un monto pequeño cada ciertas semanas o un solo monto grande cada mes o año. Lo importante es que sea de forma recurrente.